La red social conocida como X, bajo la dirección de Elon Musk, se encuentra en un punto de mira crítico por parte de la Unión Europea. Según la Ley de Servicios Digitales (DSA, por su siglas en inglés), Musk y su plataforma podrían enfrentar serias consecuencias si se confirma que el algoritmo de X ha sido manipulado para influir en el comportamiento de los votantes. Esta legislación, adoptada en 2022, tiene como objetivo frenar la desinformación y otras actividades ilegales en el entorno digital.
Recientemente, las investigaciones de la UE han detectado violaciones por parte de X, entre las que se incluyen la falta de acceso a datos para los investigadores, incumplimiento de normas de transparencia publicitaria y la venta del acceso a su sistema de verificación, lo que ha permitido a estafadores suplantar identidades de figuras públicas.
La inquietud ha crecido aún más tras la reciente retransmisión en vivo de Musk con Alice Weidel, líder del partido nacionalista Alternativa para Alemania (AfD). Este evento ha suscitado temores sobre la posible manipulación del algoritmo para dar mayor visibilidad a su mensaje en el contexto de las elecciones alemanas que se celebrarán en febrero. Al respecto, Eliska Pirkova, analista política del grupo Access Now, ha comentado que si una plataforma representa un riesgo para la integridad electoral, la DSA debería actuar de inmediato para mitigar este riesgo.
Implicaciones del algoritmo de X
Un estudio de la Universidad de Queensland sugiere que el algoritmo de X pudo haber sido modificado para favorecer los mensajes de Musk, especialmente en momentos críticos como su apoyo a Donald Trump durante la campaña presidencial en EE. UU. La investigación resalta que tal priorización algorítmica podría tener consecuencias amplias al influir en qué voces y contenidos reciben más atención en el discurso público.
La UE, de confirmar las manipulaciones, podría imponer sanciones severas a la plataforma, que podrían ascender hasta el 6% de sus ingresos globales, e incluso considerar la opción de bloquear X en todos los Estados miembros.
Andrea Renda, del Centro de Estudios Políticos Europeos, ha subrayado que la continuidad de X en el mercado europeo está en juego, especialmente si se comprueba que está facilitando la amplificación de discursos de odio y desinformación.
La Comisión Europea ha establecido que plataformas como X deben poder explicar la lógica y el funcionamiento de sus sistemas algorítmicos, lo que incluye cómo se organizan las noticias. Si Musk no colabora, el acceso a los datos internos podría convertirse en un proceso prolongado, ya que la UE tendría poco poder para forzar la entrega de dicha información.
Sin embargo, la posibilidad de un bloqueo de la plataforma en Europa sería considerada un último recurso. Felix Kaarte, investigador de la Fundación Mercator, ha señalado que las acciones de Musk parecen estar más motivadas por intereses políticos que económicos, lo que sugiere que las amenazas de sanciones podrían no ser suficientes para disuadirlo.